Una investigación convierte a las gitanas en activistas

abril 14, 2023
Aunque España es el hogar de un número significativo de personas gitanas, solo una pequeña cantidad llega a la educación superior. Como en muchos otros países europeos, numerosos obstáculos impiden que estas personas tengan una mayor representación en las universidades. Donde la discriminación es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan. Es por ello, que una investigación convierte a las gitanas en activistas. Así es, una iniciativa de la Universidad de Sevilla, consigue crear un colectivo para reivindicar mejoras y hacer que las mujeres del barrio más pobre de España persigan salidas alternativas. Veamos de qué se trata.
La auténtica red social
Para contextualizarte, las etnias gitanas de España, viven en los barrios más desfavorecidos de Sevilla, Pamplona, Córdoba o Alicante. Donde sus calles se encuentran sucias, con cables descubiertos, casas arruinadas, basura, zanjas, insalubridad, un ambiente deprimente.
Entonces, frente a esta cruda realidad, nace un proyecto de investigación de la Universidad de Sevilla y otras cuatro entidades académicas, llamado [J]itana, que busca una nueva alternativa para revertir esa situación. Ya sabes, que la degradación del entorno no sea una condena permanente, que esta comunidad sea dueña de su futuro y cumplan sus sueños, además de transmitir su aprendizaje y se hagan sentir.
Ahora, el proyecto liderado por la Universidad de Sevilla, es financiado por la Agencia Estatal de Investigación con 43.560 euros del plan de I+D+i Retos de Investigación con fondos europeos FEDER.
Junto a esto, lo acompañan especialistas de distintas áreas de la psicología social y experimental, la sociología, la docencia y la enfermería, donde son coordinados por el catedrático Manuel García Ramírez.
Por su parte, dicho programa, según resume el investigador principal, nace tras constatar varias circunstancias fundamentales: “El abandono es indiscutible y las mujeres son víctimas. No se les puede criminalizar ni considerar culpables ni exigirles que lo resuelvan. También constatamos que las medidas de seguridad, políticas y de participación fracasan porque se hacen de espaldas a la comunidad gitana. No se identifican”.
Más detalles…
Por otro lado, es importante resaltar que el programa no nació exclusivamente femenino; sin embargo, fueron ellas las que se involucraron de forma mayoritaria. Además, se plantea desde un antecedente novedoso: la participación y liderazgo gitano para establecer pautas de acción. Así que, Daniela Miranda, investigadora procedente de Boston, EE.UU., que se ha asentado en Sevilla tras implicarse en el proyecto explica: “Las mujeres y las niñas son coinvestigadoras. Es una alianza. Creamos un espacio seguro donde todos aprendemos”.
Incluso, García Ramírez coincide en esta simbiosis: “Una niña de 15 años puede que no haya salido nunca del barrio. Construye su vida desde esta realidad deprimida y deteriorada que lleva al abandono temprano de la formación y a matrimonios adolescentes”.
Finalmente, este plan social pasa por una primera fase de identificación de los problemas a partir de una fórmula denominada Fotovoz (photovoice). Un proceso por el cual los participantes en el programa señalan y registran los problemas que hay que mejorar en su comunidad mediante imágenes.
Una maravillosa iniciativa que esperamos, se expanda a más comunidades.