En nuestra vida real, en nuestro entorno, en nuestra cotidianidad, la identidad lo es todo para nosotros, es nuestro conjunto de rasgos dentro de una comunidad y es lo que nos caracteriza en frente de los demás.
Nuestra identidad está certificada a través de documentos autentificados por entes gubernamentales que indican que somos reales y garantizan que los datos suministrados son verdaderos. Los principales documentos que certifican que somos nosotros son el Documento de Identidad o DNI, el pasaporte, la licencia de conducir, o un acta de nacimiento. El poseer un documento de identidad es obligatorio en la mayoría de los países del mundo.
Todo esto cambió con la llegada del Internet, donde la presencia de nuestra identidad, se volvió motivo de sospecha o de duda. Ya que no existen organismos que regulen o verifiquen que los datos que se suministran en algún momento para una actividad en particular, sean ciertos.
Identidad digital
Una identidad digital se compone de la suma total de los rastros digitales relacionados con un individuo o una comunidad. Tales como rastros de perfil correspondientes a lo que dices de ti mismo; rastros de navegación que muestran qué sitios visitaste, comentaste o compraste; y por último, rastros escritos o declarativos; que reflejan directamente tus ideas y opiniones.
Lo que quiere decir que todas las trazas como escritos, contenido de audio, videos, redes sociales, mensajes en foros, inicio de sesión, sitios web personales, que dejamos atrás, consciente o inconscientemente mientras navegamos por Internet, son el conjunto de métodos que crea nuestra presencia en el mundo virtual, y lo que crea nuestra identidad digital.
La identidad digital o Identidad 2.0, como se conoce en la actualidad, es la nueva revolución que anticipa la verificación de nuestra identidad en un entorno virtual, utilizando tecnologías emergentes que garantizan al usuario o al solicitante de la información que los datos suministrados son reales.
Todo esto viene enmarcado en la teoría de la Web 2.0, donde la identificación se trata de un modo bastante simple y transparente, que trata de enfatizar que las transacciones o acciones sean lo más parecidos a cualquier proceso en el mundo real.
Lo que se busca con el sistema de identidad 2.0, es que los usuarios posean una única identificación, que sea flexible y transparente, creando nombre de usuarios que permitan moverse dentro del mundo virtual con esta credencial. Y así poder registrarse en sitios web o realizar cualquier transacción que pueda ser verificada entre los usuarios y los prestadores del servicio o pagina en cuestión, utilizando datos verificables y que sean de fácil rastreo.
Tecnologías aliadas
Blockchain, la Inteligencia Artificial, la web 2.0, los nuevos avances en tecnologías digitales, son los nuevos contribuyentes para construir una identidad basada en principios de seguridad que puedan ser gestionados por gobiernos o entes financieros.
Con la creciente ola de avances tecnológicos que nos abruma a todos, también crece de manera exponencial la información de los usuarios y su presencia en el mundo digital. Lo que conlleva a que los usuarios deben entrar en cuenta que a medida que se crea todo este perfil digital, tendrá que tomar medidas para proteger su identidad digital.
Reputación online y marca personal
Nuestra reputación lo es todo, muchas veces creemos que ciertas acciones no traerán consecuencia alguna, pero debemos estar atentos a lo que hacemos y a las repercusiones pueda traernos.
Por ello, es importante contar con herramientas que nos ayuden a gestionar nuestra identidad digital de una manera segura.
Recordemos que:
- Internet dice quienes somos hacia los demás
- Nuestras acciones y omisiones crean nuestra identidad
- Nuestros datos, imágenes, videos, textos, blogs, son nuestra identidad
Existimos en Internet
Parecerá mentira, pero la realidad es que hacemos presencia apareciendo en listados, o eventos públicos donde se monten fotos del evento. Lo que hace que nuestra presencia en la red sea ineludible.
Aprender a gestionar nuestra identidad digital
Favoreciendo las relaciones sociales, evitando riesgos en el Internet, tales como el acoso digital, phishing, catfishing, suplantación de identidad, virus/troyanos, spam. Se debe promover la conciencia crítica, promoviendo el conocimiento compartido, pero sobre todo ser conscientes de tu propia huella digital.
El aprovechar esta gestión digital, puede favorecer la generación de oportunidades para todos en lo social y lo laboral. A través del Internet podemos expresar nuestras aptitudes e inquietudes abiertamente. Esto se hace posible mediante blogs, redes sociales y otros foros donde podemos dialogar con otras personas que compartan nuestros ideales o quizás con potenciales empleadores, colegas o clientes. Y lo mejor de todo que no existen barreras territoriales.
Consejos para tener una buena identidad digital
- Presencia y actualización en las redes.
- Tener un blog personal o corporativo.
- Cuidar la imagen que proyectas.
- Aportar contenido de calidad en la red.
- Mantener una actitud en la red activa.
- Respetar y hacerse respetar.
- Permanecer atento a las nuevas redes y formas de difusión.
- Medidas de seguridad en la navegación.
- Revisión periódica de la identidad.
Brecha de la identidad digital
Con una sociedad evidentemente automatizada, se presenta una enorme diferencia entre los que tienen acceso a estas tecnologías y los que no. Esto convierte a este sector en un potencial riesgo de exclusión social o lo que denominaríamos una brecha digital.
El tener acceso a las nuevas tecnologías es necesario para estos ciudadanos para que desarrollen habilidades que les eviten la marginación. Esto se evidencia en personas con avanzada edad o con alguna discapacidad. Lo cierto es que todos los ciudadanos deben tener la oportunidad de gestionar su propia identidad digital de manera eficaz y clara.
Nuestra identidad digital, muchas veces puede verse comprometida o puede traernos muchos problemas. Por lo que pueden solicitar ante medios legales, el olvido digital o mejor llamado Derecho al Olvido, que consiste en solicitar que se elimine de la Internet aquella información que no quiere que sea vista por otros usuarios, y se considera un derecho irrevocable al que tienen los ciudadanos en el mundo.